18 de Junio de 2008. Restaurante Lluna de Valencia

Esta noche de luna llena, nos vamos de excursión. Vamos a un local que lleva abierto muchos años pero que siempre es un placer volver a estar.
La casa donde se ubica es una casa de campo, rodeada de huertas. Al entrar al comedor nos impresionan su techo, elevado y de madera, cruzado por unas imponentes vigas e iluminado por una enorme y única lámpara de araña.
Nos colocan en una mesa cerca de las ventanas traseras. Las mesas bien vestidas y con una distribución correcta.
Nos traen un bol con diferentes panes y las cartas. Nos entretenemos ojeando la de vinos. Hoy le toca a Quesoy y ninguno de los vinos parece ilusionarle. Son todos conocidos y los que no, no apetecen. Así que al final de toda la carta se encuentra con los cavas y champagnes y se inclina por un Juve & Camps reserva familiar. Viene bien enfriado y con la burbuja estrecha y juguetona que suele tener este cava. En boca notamos una acidez correcta y un paso ligero por boca. Va a ser un buen compañero de cena, no tenemos ninguna duda.
Como platos entrantes nos inclinamos por unas anchoas sobre coulis de tomate (si bien eso pone en carta, lo cierto es que más bien parece salmorejo lo cual le viene a las anchoas como anillo al dedo. Ellas están impresionantes, espléndidamente desespinadas y ligeramente desaladas. Karoleta está emocionada ¡deliciosas!), terrina de foie macerado en armagnac (una ración impresionante de un exquisito micuit acompañado por dos salsas dulzonas. Plato que nos hace suspirar), ensalada templada de vieiras y langostinos (pese a que no somos aficionados a las ensaladas en nuestras cenas de los miércoles esta, con vieiras, pone las ensaladas en otro escalafón. Las vieiras están gustosas, sabrosas y los langostinos no se quedan cortos. Un aliño con aceite de azafrán con un toque de vinagre balsámico hacen de esta ensalada un plato delicado, lleno de contrastes y buenos sabores. ¡Buena,buena y buena!) y un crujiente de queso de cabra acompañado de membrillo (lo emplatan por separado, todo un detalle. Un excepcional crujiente de masa brie relleno de un delicioso queso de cabra que marida a la perfección con el membrillo en salsa que acompaña al plato. Es una especialidad del chef Juan Tamarit). Como plato fuerte nos decidimos por un solomillo de buey al vino tinto (un impresionante solomillo con una no menos impresionante reducción de vino que le confiere el sabor dulzón que tan bien conjuga con las carnes rojas. El solomillo viene en un punto delicado: un poco más y hubiera estado demasiado hecho para nosotros que nos gusta la carne verdaderamente poco hecha. Al comentarlo con quien nos atiende, una vez terminado el plato, nos dice que nos lo hubiera cambiado sin ninguna pega. Comenta que tienen un jefe de plancha que consigue el punto de carne tan difícil de cruda por dentro pero sin estar fría. Tendremos que volver para comprobarlo. Aún así, nada que objetar al plato: carne tierna y sabrosa donde las haya, con una salsa impresionante y unas verduritas tiernas y muy sabrosas. Impresionante plato). A estas alturas estamos realmente ahítos dado que las raciones son muy abundantes. Nos ha comentado quien nos atiende que a él personalmente no le gusta los 'platos minimalistas', le gusta ver la comida en el plato y ver raciones importantes. Por eso en el restaurante, los platos contienen unas raciones más que generosas. Estamos totalmente de acuerdo. Por todo ello, pero para no perder las buenas costumbres, sólo pedimos un postre. Queremos uno que contenga chocolate negro (ya conocéis la debilidad de Karoleta...) y nos propone un helado parfait de nueces caramelizadas napado de chocolate negro. Nos viene una más que generosa ración de helado en un solo plato con una imponente cantidad de tibio chocolate negro. Pese a que el helado a Karoleta le parece demasiado dulce, está impresionante. Con muchas dificultades, pero nos rebañamos el plato.
Quesoy remata la cena con un café corto, muy corto y muy cargado. La cena se lo merece. Después nos damos un largo paseo para rebajar la cena y disfrutar de esta noche con esa espléndida luna.
Desde luego, muy buena cena.

En Almassera (Valencia). Camí del mar nº 56 Tel 961 851 086 y 961 851 006

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