10 de junio de 2015. Mama racha Taberna c/ Ciscar, 15 Tf 960065558

Especialidad del local: tapas, bien presentadas pero tapas
Ambiente: informal
Plato que no te puedes perder: hojaldre de foie con huevo frito y reducción de PX
Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta: si
 
1 Ingredientes reconocibles: 9
2 Saludable:8
3 Emplatado y Decoración:7
4 raciones generosas: 9
5 Cocina regional:no
6 Tecnología punta: no
7 Sabroso: 9
8 Equilibrio:7
9 Vajilla y cristalería: 7
10 Relación calidad-precio: 9
Puntuación EMT 65 sobre 80
Puntuación PIG 3


Estamos en pleno barrio de Gran Vía. Esta noche vamos a una de las tabernas que llevan abiertas tiempo. Es un local de tapas pero algo más sofisticadas que en un bar.
Llegamos pronto y nos dejan elegir mesa (es miércoles y se nota la poca gente). Nos pedimos un par de cervezas y nos dejan leyendo las cartas. Con las cervezas vienen unas aceitunas y unos cacahuetes fritos.
Como compañero de mesa no nos arriesgamos: Mestizaje un vino tinto, siempre un acierto, de la bodega Mustiguillo. Impecable en boca pero algo alto de temperatura. Pedimos que nos lo refresquen.
Y vamos a la cena. Como entrantes pedimos un excepcional pulpo con puré de patatas y pimentón de la Vera. Tierno, sabroso, con ese toque ahumado que aporta el pimentón. Rico plato.
Langostinos en tempura con salsa de soja. Bueno eran rebozados no en tempura (le faltaba ligereza al rebozado y crujiente) así como sazonar mejor los langostinos. Si los comíamos solos estaban sosos. Si los poníamos con la salsa de soja, salados...
Echábamos de menos el foie gras a la plancha y esta noche nos lo sirven en un hojaldre con un huevo frito y unos toques de reducción de PX. Con trozos generosos de foie nos hace disfrutar de cada bocado.
Como plato fuerte pedimos un entrecot con patatas fritas y salsa chimichurri. Confieso que nos sorprendió la calidad de la carne: entrecot de corte argentino, no extremadamente grueso pero de buen tamaño. Vino al punto que habíamos solicitado. La salsa chimichurri sobraba porque el sabor de la carne era contundente, sabrosa. No necesitaba aditamentos (sólo la sal a lascas que llevaba). 
Toda la cena nos ha atendido Lis, una argentina simpática, amable y que recibe de buen grado cualquier comentario o pregunta que le hagamos. Nos aconseja el postre y le hacemos caso: pastel de chocolate con dulce de leche. Confieso que para mi gusto le faltaba chocolate.
Quesoy remató la cena con su consabido ristreto. Para mi pedimos un vaquerito de Knockando (delicioso como siempre) y a Quesoy le ponen un limoncello. Esto es detalle de la casa. 













1 comentario:

Carmen dijo...

Un lugar extraordinario, lo he probado en varias ocasiones con amigos y es una pasada y el precio y el ambiente del sitio muy bien. Un saludo!